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ARTE
intencionalidad. Lo cual nos lleva a decir: ¿Acaso lo feo, lo
grotesco, lo repugnante, lo violento, pierde su estatuto es-
tético, su belleza? Lo que de una u otra manera se refiere
a lo logrado como bello, en el que la forma se constituye
en los límites de ésta, sin que desaparezca la medida y la
armonía de la creación artística, oponiéndose a su disolu-
ción, al caos, a la muerte.
La forma está en sí misma, es inmanente, para sí misma,
es sensible, es pensamiento y a la vez contenido. Es mate-
ria, es idea, en el momento en que se conjugan, sin impor-
tar su valoración o juicio. De modo que la forma está me-
diada por el gusto subjetivo, más que el objetivo. En este
sentido, el gusto asumido, parte constitutiva del sentir, se
eleva al rango del sentimiento. En nuestro caso, en la va-
loración de la forma en justa precisión, no importando su
fealdad, belleza o cualquier otra manifestación.
Podemos decir que la forma va más allá de lo meramen-
te bello, en el que están presentes lo consciente y lo in-
consciente. Es decir, múltiples manifestaciones como lo
absurdo. La poesía es un ejemplo de lo dicho, la música lo
es también, y en especial la arquitectura, parte del paisaje
cotidiano humano.
Así, la forma en el artista se encuentra cargada de inten-
cionalidad, de presupuesto subjetivo, donde lo que no es
"El hombre invisible", Salvador Dalí (1929-1933)
Fuente: Totenart Noticias (s.f.). Las 10 obras más importantes de Dalí. bello toma su lugar preponderante. Es decir, son partes
https://totenart.com/noticias/las-10-obras-mas-importantes-de-dali/ constitutivas de la estética.
Podemos decir que la luz juega un papel clave, pues no
solo expone la belleza de las obras, si se quiere, de la natu-
raleza, sino de la verdad de las cosas, tal cual ellas son, no
solo en su materialidad, sino en su espiritualidad, que, en
el caso de los colores, juegan afectivamente con el sujeto
sensible a ellos emocionalmente, sin restar la importan-
cia de la oscuridad, de las tonalidades, que van a impactar
nuestros sentimientos y juicios. En síntesis, estamos ha-
blando de la verdad de la forma, de la estética
De esta manera, la forma, la estética, conmueve nuestro
ser, golpeando en muchas ocasiones lo sublime. Hoy, la
forma brilla por su flexibilidad, por lo múltiple. Más que
hablar de lo bello, de lo feo, de lo horrendo, de lo deforme,
la estética está mediada por el gusto subjetivo, no solo del
artista, también del observador. El riesgo que se corre es
caer presos de la indiferencia, del “da igual” en el arte, que
nos lleva a la caída de un espíritu cursi, de consumo y de
pobreza espiritual de la obra artística, de la estética.
"La mujer que llora", Pablo Picasso (1937)
Fuente: Enciclopedia Iberoamericana. (2024). La mujer que llora.
https://enciclopediaiberoamericana.com/la-mujer-que-llora/
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